
Trump hace que la comunidad LGTBI estadounidense de un paso atrás en políticas igualitarias

Trump quiere ser el centro de atención y conseguir sus propósitos a toda costa, y le da igual si para eso debe o tiene que eliminar cualquier pequeño avance adquirido por su antecesor; aquel que lo ridiculizó abiertamente por su ignorancia y brutalidad en la cena de corresponsales donde se encontraban cientos de periodistas y se emitía por la tele allá por el 2011; Barack Obama.
Hasta la fecha ya han sido blanco de sus ataques varias comunidades internacionales e incluso estadounidenses: comenzó su campaña fomentando el odio y el desprecio hacia la inmigración ilegal llegando a compararlos con terroristas o como peligro público para sus ciudadanos, llegando a calar este mensaje por sus más fieles seguidores. Aquellos que hasta ayer mismo defendían la pederastia como Milo Yiannopoulos o aquellos que no se pierden ni un sólo capítulo de el que hasta hace poco era su show estelar más exitoso, y que a día de hoy se sigue emitiendo en la NBC «The Apprentice» (el aprendiz en español) aquel español que a los pocos días de ser nombrado presidente eliminó de la web de la Casa Blanca.
Posteriormente lo ha intentado con una de las comunidades más débiles en este momento; la comunidad de refugiadas y refugiados, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, estas personas proceden de países con mayoría musulmana… ¿casualidad? a estas alturas lo dudamos muchísimo. Es tal su obsesión por la llegada de personas refugiadas a EEUU, que incluso ha llegado a intentar cerrar el acceso a estos, teniendo incluso el visto bueno del equipo de gobierno anterior, el del ya ex presidente Obama; por suerte los jueces no lo han permitido, aunque si han sido destituidos de forma inmediata.
Pues bien, ahora le ha tocado a la comunidad LGTBI, Trump está empezando a eliminar de un plumazo los pequeños avances conseguidos hasta la fecha para la comunidad transexual, ha eliminado el acceso a baños mixtos, donde hasta ayer mismo cualquier persona podía acceder si esta, no se encontraba identificada o identificado con su género. Esta directiva se introdujo a mediados del 2016, con el propósito de que ningún centro educativo que obtuviera fondos federales discrimine a cualquier alumna o alumno que se encuentren en las aulas por no sentirse identificado por su género. Esta directiva, se aplicó aprovechando la denuncia pública de Gavin Grimm, un joven de Virginia que fue obligado a utilizar el baño para mujeres, cuando este pretendía hacerlo en aquel que se sentía identificado, el de hombres.